Confesión de fe, en el Recobro del Señor.
Asiéndonos de la Biblia como la revelación divina única y completa,
1 creemos firmemente que Dios es eternamente uno así como eternamente el Padre, el Hijo y el Espíritu;
2 los tres son distintos pero no separados.
3 Creemos que Cristo es tanto el Dios completo como el hombre perfecto. El, sin abandonar Su divinidad, fue concebido en el vientre de un ser humano, una virgen, y llevó una vida humana genuina en la tierra y sufrió en la cruz una muerte sustitutiva y todo-inclusiva.
4 Después de tres días resucitó con un cuerpo y luego ascendió a los cielos. Ahora El está en la gloria, plenamente Dios pero también completamente hombre.
5 Esperamos Su regreso inminente cuando traerá el reino de Dios, por medio del cual reinará sobre la tierra en el milenio y en la eternidad.
6 Confesamos que el tercero de la Trinidad, el Espíritu, es igualmente Dios.
7 El Hijo expresa todo lo que el Padre tiene y es, y el Espíritu hace real en nosotros todo lo que el Hijo tiene y es.
8 Además creemos que la humanidad necesita la obra salvadora de Dios. Aunque nosotros no pudimos cumplir con las rigurosas exigencias de la justicia, santidad y gloria de Dios, Cristo las cumplió por medio de Su muerte en la cruz. Por causa de la muerte de Cristo, Dios nos perdonó nuestros pecados, nos reconcilió consigo y nos justificó haciendo que Cristo fuese nuestra justicia.
9 Con base en la obra redentora de Cristo, Dios regenera a los redimidos con Su Espíritu para dar consumación a Su salvación, a fin de que ellos lleguen a ser Sus hijos.
10 Los creyentes, ya que poseen la vida y naturaleza de Dios, disfrutan de una salvación diaria en el Cuerpo de Cristo en esta era y de una salvación eterna en la era venidera y en la eternidad. Donde moraremos con Dios en la Nueva Jerusalén, la cual es la consumación de la obra salvadora de Dios con respecto a Sus elegidos.
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